NO 8 DO
El rey Alfonso X, el Sabio era un hombre de letras, culto e instruido, bajo cuyo reinado florecieron todas las clases de ciencias y arte de la época, sin distinción de credo o religión. Obras suyas fueron las Tablas AlfonsÃes, el Código de las Siete Partidas, el Libro del Saber de la AstronomÃa, El Lapidario y Las Cantigas e loores a Nuestra Señora.
Sin embargo, parece ser que el pobre estaba canino de números. No sabÃa demasiado del arte de gobernar, la economÃa o la administración pública, lo que llevó al descontento general. Tal fue asÃ, que su propio hijo Sancho, apoyado por su madre, doña Violante, esposa del Rey, se alzó en armas, unos dicen que para salvaguardar la unidad del reino y otros que por mera ambición de poder.
A raÃz de aquello, las gentes se dividieron en dos bandos: los que apoyaban al rey Alfonso y los que seguÃan a su hijo, el prÃncipe Sancho. Poco a poco, y sin casi necesidad de lucha, Sancho se fue haciendo con todo el reino.
Sin embargo, generosamente, no quiso atacar Sevilla, ciudad en la que el rey Alfonso, ya viejo y enfermo, se habÃa refugiado. En esta ciudad pasó el monarca sabio los últimos dÃas de su vida, arropado por algunos fieles nobles y eclesiásticos, y por todo el pueblo sevillano que, a través de su Ayuntamiento, se manifestó fiel al anciano rey y se dispuso a servirle en todo.
Como signo de gratitud a esta lealtad concedió, en 1.283, al Ayuntamiento de Sevilla un sÃmbolo a modo de lema, formado por las sÃlabas NO y DO con una madeja en medio.
NO ∞ DO
Asà la lectura de este criptograma es NO-MADEJA-DO, expresión fonética de la frase NO ME HA DEJADO, con la que el rey querÃa agradecer a la ciudad de Sevilla el hecho de que no le hubiera abandonado.