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Doña María Coronel

 Doña María Coronel era hija de Alfonso Fernández Coronel, que fue copero del rey Don Pedro I, y estaba casada con Juan de la Cerda. En el enfrentamiento que el monarca, llamado por unos el Justiciero y por otros el Cruel, tuvo con sus hermanos bastardos, los Trastamara, cayeron en desgracia Alonso Fernández Coronel y Juan de la Cerda. El rey los mandó matar y se quedó con sus posesiones. Don Pedro se enamoró locamente de Doña María Coronel, que al enviudar se retiró al convento de Santa Clara para evitar el acoso al que la sometía. Un día los soldados del rey se presentaron en el monasterio para llevársela. Doña María se hizo enterrar a los pies de la Torre de Don Fadrique para que no la encontraran. Cuenta la leyenda que los esbirros no dieron con ella porque sobre la tierra crecieron como por ensalmo matas de perejil. Dice también la leyenda que luego fue el mismo rey a buscarla y que en la cocina del monasterio Doña María se desfiguró el rostro con una sartén de aceite

hirviendo. Muerto el rey don Pedro y reinando ya su hermanastro Enrique el de las Mercedes, Doña María recuperó sus casas y sobre ellas fundó en 1374 el Monasterio.

Hoy los amantes de las tradiciones sevillanas podrán venerar el cuerpo incorrupto de Doña María Coronel y aprovechar la ocasión para contemplar sin prisas el templo conventual, en el que Bécquer hizo famoso en su leyenda «Maese Pérez el organista».

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